Siempre que escucho por los altavoces del parque de atracciones que se ha perdido un niño,
pienso que ese niño soy yo

31 de diciembre de 2009

100% Completed ¡¡

Otro año que se va y otra vez lo mismo.
Las mismas ilusiones y las mismas luchas perdidas.
Hemos mirado y no hemos visto.
Hemos oído y no hemos escuchado,
Nos hemos rebelado, y hemos caído presa de mi condenas
Hemos hablado y no hemos actuado
Nos hemos perdido en sueños imposibles
Y hemos luchado contra nosotros mismos.
Hemos tratado de domar olas enajenadas
Y nos hemos ahogado
Hemos buscado el remedio de la vida.
Hemos soñado más despiertos que dormidos,
Y no hemos confiando en los que de verdad lo merecían.
Basta ya de nuevas ilusiones sin haber luchado por las anteriores,
Dejemos de conmovernos por palabras y luchemos por unos ideales
Lo importante, es lo que se hace, no lo que se dice
Basta de acumular buenas intenciones,
Estamos artos de falsos profetas Y de promesas sin cumplir.
Seamos nuestro propio faro en la espesa niebla del porvenir.
Levantémonos del sofá y luchemos,
Cada uno tiene su batalla, su amor, su dolor y su familia,
Pero todos somos uno,
cada uno tiene su victoria, tan cerca, que algunas veces no es fácil encontrarla. Enterremos nuestra pena,
Tan llena de vida,
Pero tristeza al fin de cuentas
Que cuando paseemos por las calles nos digan.
“Allí yace el hombre al que se le murió su tristeza”

Proceda pues, la nueva descarga del 2010

19 de diciembre de 2009

Libertad para los activistas de Greenpeace en Dinamarca por exigir un mundo limpio

Llama a la embajada en Madrid: 91.431.8445, marca la opción 5 te comunican directo con el Ministerio de Interior en Dinamarca sin coste extra. Y EXIGE SU LIBERTDAD

7 de noviembre de 2009

Es solo una canción


Las canciones no son ni buenas ni malas, las canciones, simplemente te gustan o no. Cuando tengas una canción entre tus manos, trátala con cariño, porque ella nunca te dejará indiferente, te transmitirá amor, quizás desasosiego, pero nunca te dejará indiferente. Una canción te puede hacer llorar y volar a lugares que nunca imaginarías que podrían existir, una canción te puede transportas a una paz interior como nunca nadie podría hacerlo. Tal vez pienses que tan solo una canción, pero una canción te da vida, una canción te roba las lágrimas que tenías reservadas, una canción perdura en el tiempo para siempre, cuando una canción tuya es cantada por muchos, dejará de pertenecerte y formará parte del pueblo. Con solo una canción y te sentirás mejor.

4 de noviembre de 2009

el corazón inundado de ginebra

Algunas veces, los bolsillos están cargados de dinamita y el corazón inundado
de ginebra,
Entonces, siento que el tiempo se me escapa y veo como a Peter Pan le
salen canas mientras me
desahogo con viejas canciones a las hago mías.

8 de agosto de 2009

y sólo entonces seremos libres

Hace mucho tiempo, una vieja bandada de gansos estaba de paso en su lago camino para pasar el invierno. Pasaron cerca de un gallinero, y pararon unos días para descansar de su largo y agotador viaje.


Una vez repusieron fuerzas, prosiguieron su largo viaje, pero sin darse cuenta, se dejaron uno de los huevos que llevaban consigo. El huevo permaneció en principio solo y abandonado, condenado a no incubar nunca, pero las gallinas, lo cuidaron y adoptaron como a otro huevo más, y del huevo, al poco tiempo, apareció un hermoso ganso.


El ganso, creció como una gallina mas, y pasaron los días y fue creciendo, tal era la unión entre las gallinas y el ganso, que él se sentía uno más. Picoteaba el maíz, corría por caminos y jugaba alegremente con otras gallinas.

Llegó otra vez el verano y un día, vio como otros gansos pasaban volando por encima del gallinero, y pensó que a él también le gustaría volar. Pero claro, le sería imposible, pensó, ya que de todos es sabido que las gallinas no vuelan.


El ganso, hico un esfuerzo y con una gran sorpresa vio como remontaba el vuelo, y que con apenas esfuerzo podía volar, volar muy alto.


El ganso se sintió lleno de vitalidad, y felicidad, y en ese preciso momento, se dio cuenta de que no era lo que había pensado hasta ese momento y salió volando junto con otros gansos a los que se unió volando los espacios ilimitados.


Y es que muchas veces, nosotros, los seres humanos, al igual que el ganso, nos empecinamos en ser lo que no somos, estamos tan identificados con nuestros apegos, y afanes, que el ego y la personalidad se trasforma y nos ciega, y nos convertimos en ajenos para nosotros mismos. Ignoramos nuestra realidad más profunda. Vivimos rodeados de ofuscamiento, que lentamente se apodera de nuestras mentes creyendo que somos lo que realmente no somos. Y nos hace olvidar que podemos volar libres. Libres como un ganso.

Hoy soy un demonio feliz

Dicen que soy un ángel, pero no, ya me queda poco, voy a dejar de serlo y estoy estudiando para que así sea. Estoy asqueado, harto de que me golpeen dos veces en el mismo carrillo, de ser engañado, de que me maltraten, de que desprecien y de que me ignoren, pero sobre todo, de que me mientan.

Años llevo con estudios sobre la maldad y crueldad del ser humano, estoy aprendiendo a como ser un déspota, un presuntuoso y sobre todo un gran farsante, quiero devolverles todo el mal que me han hecho pasar, y sí, estoy a punto de ser un diablo, un diablo con buenos estudios y grandes metas y estoy estudiando para que así sea.

Ahora ando terminado mi tesis, y en cuanto la termine, me licenciaré y por fin seré el demonio que siempre quise ser.

Solo me queda una última prueba, y así poder licenciarme, y no es otra que esconder la felicidad para que el ser humano no la encuentre nunca jamás.

He pensado en esconderla en lo más profundo del mar, pero creo que no, seguro que alguien inventaba algún mecanismo que es capaz de llegar a lo más profundo y así dar con la felicidad.

Quizás sea mejor esconderla en el más remoto de todos los planetas, pero tampoco, está claro que tarde o temprano, el hombre llegaría allí, a los confines del universo.

Pero he dado con el escondrijo perfecto.

Ocultaré la felicidad en el interior del ser humano, estoy convencido de que están tan ocupados buscándola, que nunca se darán cuenta que la llevaban dentro de sí.

El ser humano, se empecina en buscar la felicidad en sitios que no existe y nunca se darán cuenta de que la felicidad la llevan a dentro, desde el momento en el que nace, tan solo tienen que aprender a buscarla en sí mismo. Y eso es algo, que por mucho tiempo que pase, nunca lo entenderán.

Hoy soy un demonio feliz.

Tengo pues, mi tesis terminada.



5 de agosto de 2009

Nunca dejes que el tiempo se pierda

El más triste de todos los finales de la historia de la literatura, es el final de Peter Pan, cuando los niños dejan de ser niños. Por eso, Wendy, nunca dejes de ser una niña, nunca pierdas tu inocencia, nunca dejes que el tiempo se escape, nunca dejes que el tiempo se pierda.

El tiempo ha pasado y Wendy es toda una mujer. Tiene una hija hermosa, tan hermosa como lo era ella cuando pisó por primera vez el país de Nunca Jamás de la mano de Peter Pan.

Wendy acaba de acostar a su niña, la habitación está a oscuras, de repente, se abren las ventanas de par en par, y contra en el cielo estrellado se recorta la figura Peter Pan.

-Wendy, vine a por ti, es el tiempo de la limpieza de la primavera, tienes que cuidar de mí y de los niños perdidos.-

Pero Wendy le confiesa que se ha olvidado de volar

- No malgastes en mí el polvo de las hadas.-

Peter Pan que aun es un niño no entiende nada.

Y Wendy le dice.

-Encenderé la luz para que comprendas.-

Y por primera vez en su vida, Peter Pan tiene miedo y solo acierta a decir.

–No, no enciendas la luz.-

Hoy, encenderás la luz, con la certeza de que si Peter Pan viene a buscarte, podrás sostenerle la mirada sin darle un susto de muerte.

Si Peter pan, viene a buscarte, no lo dudes, mira su cara, y emprende un urgente viaje lleno de vida.

Y Wendy, que no me entere yo, de que Peter Pan se marcha sin ti.

29 de julio de 2009

Campanilla

- Hola Campanilla, ¿por qué estás tan callada?

- No estoy callada, Hermano Oso. Sólo estoy escuchando la libertad…

- ¿La libertad?

- Sí…

- ¿Y cómo es eso?

- Mira… Tan sólo escucha como murmuran los árboles, riéndonos de nosotros que creemos ser libres porque podemos caminar, movernos y volar. Escúchalos… Ellos son quienes realmente son libres. No nosotros.

- Pero entonces no escuchas la libertad, Campanilla, escuchas el murmullo de los árboles.

- No, escucha más atentamente todavía, y podrás oír a Libertad susurrarles al oído a los árboles que no digan nada. Que nos dejen con la ilusión de ser libres.

- ¡Tienes razón Campanilla, puedo oírla! ¡Puedo oír la libertad!

- Suficiente, Hermano Oso, no la sigas escuchando…

- Pero, siempre quise ser libre. ¡Quiero saber más sobre ella!

- Espera Campanilla, sólo un minuto más. Quiero saber qué dice la libertad sobre nosotros…



- ¿Oíste lo mismo que yo, Campanilla?

- Sí, ya lo había oído antes. Y no quise derrumbar tu ilusión. ¡Ay, hermano Oso! ¿Cuándo aprenderás que la libertad no existe?

- ¿Cómo? ¿Pero entonces que escuchabas?

- No era Libertad. Libertad no existe. Sólo es una ilusión, de la que vivimos aferrados. Y esa ilusión nos mantiene siempre pendientes de ella, y así es como desaparece Libertad.

- Campanilla, me estás mareando…

- Quien te crees que se llama Libertad, en realidad se llama Condena. Y es la condena a ser preso de ella…

-La condena nos hace creer que somos libres, creer que decidimos nuestros actos, cuando realmente, nos pasamos la vida encadenados a un trabajo, a una hipoteca, a horarios impuestos, a comprar lo que nos anuncian y no lo que necesitamos.

-Hermano Oso, creemos que somos libres, pero en realidad, estamos condenados. Condenados a vivir en una falsa libertad.

28 de julio de 2009

Proxima estación


Estábamos sentados, no juntos pero si cerca, compartíamos el mismo banco pero cada uno en una esquina, no nos conocíamos y por supuesto, jamás nos habíamos visto anteriormente, pero una extraña sensación de confianza y de satisfacción me recorría por todo el cuerpo.

No había miradas, no había gestos, tan solo algún movimiento nervioso sobre el asiento, que el reflejo del cristal que teníamos delante, se ocupaba de delatar. Entonces ella me miró durante unas centésimas y sonrió, no sé si con alevosía o con distracción, pero la devolví la sonrisa.

En ese preciso momento se puso de pie y se acercó a mí muy lentamente, contoneándose a sabiendas de que mi mirada no podía dejar de admirarla. Mis manos comenzaron a sudar y un extraño calor recorría todo mi cuerpo. La respiración se aceleraba, así como el latido del corazón, que me retumbaba tanto, que pensé que era posible escucharlo desde cualquier esquina.

Cuando de repente sonó una voz “Próxima estación Oporto”. La puerta del metro se abrió y ella salió.

Las puertas se cerraron y me la quedé con la palabra en la boca mirando a través del cristal. Mientras, el metro reanudaba la marcha lentamente y ella se me quedó mirando, sonrió maliciosamente, levantó la mano como para decir adiós, y asomó su dedo corazón apuntado hacia lo más alto del andén.

- Mierda… si en Oporto también me bajo yo