Me quedé a jugar
cuenca de tus labios,
donde tu cuerpo hace guiños
donde tu cuerpo hace guiños
indicando el
camino
para comer de tus
adentros,
que con solo tus
miradas no me alimento.
Cuando llega la
tarde
y se va desnudando,
me meto en la cama
con un sin sentido,
a la mentira de tus
pechos
me quedo muy
dormido.
Se cansó mi armadura
de consejos y
regalos,
que se hartó mi
cuerpo
de sueños y
engaños,
en un barco sin
frenos,
a merced de olas
de papel
naufragué borracho
bebido del veneno de
tu piel.
Y me unto con sal
para que sanen las
heridas,
que me desangro a
diario
del roce de tus
caricias,
que me siento
sediento
del frío que venía
conmigo,
mientras me hago
un verso
aun llevando bozal,
En el baile sin
melodía
de la puta soledad
descarada baila la
luna
mientras se ríe de
mis historias sin final.
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